sábado, 21 de agosto de 2010

Me preguntaste... (Poemas del ayer)



Me preguntaste que porque no escribía,
pero yo no he dejado de hacerlo.
Cada mañana y cada segundo de mi vida
es una nueva página y un nuevo verso.
Si pudieras leer un poco mis pensamientos
te darías cuenta que dentro de esta mujer
los sentimientos que la albergan son inmensos
y que las letras son las que le permiten mover
cada una de las fichas de este eterno juego.
Es como las piezas de un partido de ajedrez
donde cada uno se mueve de manera particular
y en el cual todo parece un debate perfecto
entre la supuesta realidad de la que somos dueños
y la que queremos vivir y tristemente no podemos.
Hoy no le escribo a la locura, ni al amor,
tampoco a los sueños, ni a la pasión,
solo le escribo a mis propios pensamientos
para que descansen de todo el dolor
del que alguna vez estuvieron presos.
Hoy te quiero decir que si por algún motivo
piensas que mis versos se alejan sin querer,
no es que así deseo hacerlo, sino que mis tiempos
son tan complejos como lo son los tuyos.
Quiero que sepas que siempre estoy contigo
aunque no puedas leer alguna locura
de esta mujer que con todo su orgullo
te dice al oído: “gracias por estar conmigo”.

lunes, 2 de agosto de 2010

Recuerdos...


Cuando te he sentido lejos
sabes como mi alma agoniza,
por eso regresas y quitas mis miedos
devolviéndome por siempre a la vida.
Me haces sentir cosas inigualables
me llenas de amor sin ninguna prisa
mientras me cuidas en la distancia
y con tus palabras me llenas de dicha.
Eres mi pedacito de cielo,
amante que dibuja mi silueta
y en el baúl de los recuerdos
va dejando cada una de sus huellas.
No creo que la distancia sea motivos
para sentir que estamos lejos
porque a través de los años
hemos creado un amor inmenso
capaz de sobre pasar los tiempos.
No se si hoy escribo o te siento,
si son palabras o sentimientos,
si es ternura o es encuentro,
si es que en mi alma te tengo preso
o es la libertad con la que te poseo.
Hoy solo me conformo con estos versos
que han de llegar a ti en un momento
en el que nos amamos en silencio
sin importar el espacio ni el tiempo.