sábado, 26 de septiembre de 2009

La dignidad del maestro

Pasamos por la vida dejando huellas. Trabajamos tantas horas que no existiría salario para nuestra labor. Preparamos cada una de nuestras clases con el propósito más noble... educar para la vida. No tan solo presentamos el tema del día, sino que dejamos nuestro corazón en cada clase ofrecida. En ocasiones el cansancio es mucho, las frustraciones se apoderan de nuestras energías y las piedras en el camino nos dificultan alcanzar nuestros objetivos de manera rápida. Sin embargo, no nos dejamos vencer, volvemos a levantarnos y sacamos las piedras del camino para continuar nuestro trayecto. Impactamos vidas... preparamos personas con destrezas, conocimientos y valores para convertirse en ciudadanos de provecho para nuestra sociedad. A pesar de que se nos pierden muchas almas, hacemos como el buen maestro, Jesús, y dejamos la puerta abierta para que puedan regresar. No nos detenemos. Seguimos luchando y si una estrategia no funciona, inventamos otras. Nos convertimos en actores cada vez que nos paramos frente a un grupo. Creamos nuestra obra con mucho esmero. Nos convertimos en padres y le damos a nuestros estudiantes el amor que en ocasiones desconocen. Nos convertimos en trabajadores sociales y tratamos de resolver sus problemas. En ocasiones nos convertimos en enfermeros y enfermeras y curamos sus heridas. El magisterio es la profesión más hermosa. Cuando entramos a vivirla nos damos cuenta que es un apostolado. Por eso... el magisterio decidió dar un grito de lucha el viernes, 25 de septiembre. Ese grito de lucha fue para demostrar al gobierno que con nuestra dignidad no se juega. Basta de atropellos!!!! Tenemos que demostrar que nuestra conciencia no se vende, tampoco puede ser despedida... esa trabajará por el resto de nuestras vidas en cada uno de nosotros. Amo lo que hago, amo ser maestra, disfruto cada segundo y lo vivo con el mismo amor que el primer día que estuve frente a mis estudiantes y eso ningún gobierno lo podrá cambiar. Yo me levantaré una y otra vez a decir lo que esta bien y lo que está mal. Mis estudiantes tienen que aprender que no hay nada más hermoso que la libertad del ser humano y que la dignidad hay que defenderla.

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