Hay momentos en la vida
en los que hay que hacer una pausa,
y ese momento justo, es hoy.
Hago una pausa para respirar
para encontrar un poco de paz,
y sobre todo para regresar.
Hoy hago una pausa
para encontrarme en el tiempo
para rescatar a Mireya.
Hoy hago una pausa
para buscar entre las tinieblas
a la intensa y exótica Gacela.
Hoy hago una pausa
para darle vacaciones
a la Golondrina viajera.
Hoy hago una pausa
para dirigirme a tus puertas
sin nombres extravagantes.
Hoy hago una pausa
para regresar a mi nido
como Arleen, la de siempre.
Hoy busco entre nombres
cual era el especial, el perfecto,
¿acaso Mireya, acaso Golondrina,
quizás Gaviota o tal vez Gacela?
Fueron varios los que dieron vida
a una mujer que solo quería escribir
y entre golpes tuvo que aprender
que hay que luchar para poder vivir.
Luchar y resurgir entre instantes
que nos han hecho desfallecer,
levantarnos y volver tras insesantes
golpes que no podemos entender.
Hoy la vida me otorga una oportunidad
para descansar de tanto trabajo
de momentos sin descanso
y me devuelve con una sonrisa la libertad;
libertad para respirar un poco
para disfrutar del maravilloso silencio
que hoy me permite recoger energías
para seguir viviendo una vida de locos.
Locura que en ocasiones me fascina,
me llena de hermosos e intensos recuerdos,
lucura que me quita las energías
pero me devuelve momentos de dicha.
Agradezco a Dios todas las experiencias
que me han tocado poder vivir,
pero sobre todo la dicha del día de hoy
que puedo descansar para volver a sonreír.
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