¿Cuantas veces nos minimizamos?, ¿cuantas otras nos presionamos más de lo debido? ¿Quiénes somos? Pocas veces nos hacemos esa pregunta. Sin embargo, es necesario todos los días recapitular nuestras vidas y ver como cada día nos convertimos en luchadores incansables y vencedores constantes. Cuando veamos cuanto hemos vencido entenderemos cuan grande somos.
Si Dios nos creo a imagen y semejanza, Dios no hace porquerías, sino grandes obras. Nosotros somos su gran obra. Ojalá nos vieramos como parte de una creación maravillosa. Sólo así podríamos ir cambiando tantas cosas feas que ocurren en nuestra isla y en el mundo entero. Sólo entendiendo que formamos parte de un plan perfecto cuyo principio y final sólo es decidido por el Todopoderoso, podremos contribuir a que nuestra sociedad vaya despertando. Si nos vieramos grandes y fuertes, capaces y valientes, ese día empezaría este mundo a cambiar. La autoestima y el valor propio es lo que hace que los seres humanos sean sensibles y héroes en un mundo lleno de conflictos. Para amar a otros, tienes que comenzar con amarte a ti mismo. No puedes regalar lo que no existe en tu corazón. Como dicen las escrituras, "ama a tu prójimo como a ti mismo. Empieza a descubrir lo importante que eres, así verás la importancia de los demás.