Un viaje a través de las letras... donde los sueños y la realidad se mezclan para hacer un perfecto enlace.
martes, 1 de enero de 2008
Cuando el dolor nos embarga
Hoy no encuentro palabras para describir el dolor inmenso que en mi ser se esconde. Ese dolor de saber que una etapa culmina para dar paso a una nueva para la que no te preparaste. Esa sensación de vacío y desolación que nos hace llorar sin entender el porque de cada una de las vivencias que tenemos que enfrentar. No podemos identificar con claridad el punto en el que nos perdimos o la razón por la cual no quisimos darnos cuenta de que había situaciones que nos herían y nos lastimaban. Han pasado los días y el dolor no es menor, por el contrario, cada día el dolor se agudiza, pero las ganas de hacer las cosas bien siguen allí. Esta vez no es momento de retroceder como una vez lo hicimos, esta vez es momento de ser valientes y de enfrentarnos a lo que venga. Esta vez es necesario desprendernos para poder entender con claridad y de manera objetiva cual es nuestra realidad, esa a la que muchos le temen. Tenemos que aprender a dejar en las manos de Dios nuestras preocupaciones, angustias y miedos. Dejar que sea Dios quien nos muestre el camino. Hoy me duermo tranquila, con la seguridad de que cada vez que me sienta caer, mi Dios me sostiene.
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3 comentarios:
Cuando nuestras fuerzan no nos pueden sostener, cuando creemos desfallecer y a pesar de todo sentimos "algo" que nos empuja y nos anima sin saber, Arleen, esa es la mano de Dios. Levántate, lava tu rostro, échale ganas a la vida, pues esos momentos y los que te quedan por vivir, sean buenos o malos, al final solo son eso; momentos. Momentos que hacen que la vida sea vida, momentos para que tú crezcas y oportunidad para que los que te queremos mucho demos de nosotros mismos y hagamos como Jesús, darnos por otros. Sabes que estoy aquí...
Gracias por estar a mi lado siempre. En las malas es cuando se conocen los amigos porque en las buenas todos estan contigo. Se que cada experiencia vivida nos permite fortalecernos. Se que Dios me guia a pesar de mis imperfecciones. Se que en todo momento me cuida y me protege. Gracias por todo...
Querida Amiga del Alma:
Sé que no hay palabras para consolar cuando el sufrimiento es tan inmenso, pero quiero que sepas que estoy contigo en todo momento y todo el trayecto. Recuerda que lo que no mata, fortalece y sé que tarde o temprano el río volverá a su cauce. Dios no ten dejará caer. Estoy aquí...
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