domingo, 19 de diciembre de 2010

Cuando la vida ordena...

Cuando la vida ordena
Por: Arleen Mercado

Cuando la vida ordena...
los sentimientos se desbordan
y la verdad se transforma.

Cuando la vida ordena...
el amor nace sin esperarlo
y las noches se convierten
en sueños desesperados.

Cuando la vida ordena...
no existe el pasado
solo un presente ingrato.

Cuando la vida ordena...
tu piel y la mía se encuentran
en un viaje sin condena
donde se graban nuestras huellas.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Me lo pediste...

Me pediste que escribiera
y hoy quiero complacerte...
No se si escribir a la tierra
o solo a la dicha de conocerte.

Me ayudas en todo lo posible
y buscas para mí la felicidad
sacándome de mi escondite
con tu cariño y tu bondad.

En el mundo de los olores
vives sumergida para siempre
y un mar de bellos colores
dibujas cuando sonríes.

Gracias por estar a mi lado
cuando más te necesito,
gracias por todos tus cuidados
y con cariño hoy te escribo.

Siénteme

Siénteme...
Por: Arleen Mercado

Busca en tus recuerdos
y mírame sin miedos;
siénteme despacio
y acaríciame luego.

Rescátame en el silencio
de nuestra verdad eterna
siénteme despacio
y deja en mi tus huellas.

Envúelveme en tus caricias
mientras hoy te poseo
y en un mundo de delicias
escribamos este cuento.

No existe la soledad
cuando nuestros cuerpos
se aman en total libertad
y hacen realidad sus sueños.

Siénteme en tu alma,
siénteme en tus adentros;
dejemos de lado la calma
para devorarnos sin miedos.


Cuando la vida ordena

Cuando la vida ordena
Por: Arleen Mercado

Cuando la vida ordena
se alteran todos los esquemas;
no existen las fronteras
aunque comiencen las guerras.

Cuando la vida ordena
las cosas ocurren sin treguas;
no existen las huellas
de nuestros caminos en la tierra.

Cuando la vida ordena
los caminos sin miedo se cruzan
mientras se convierte en hoguera
los sentimientos que hoy abundan.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Tus manos

Suavecitas caricias recibo
de esas manos maravillosas
por las que hoy suspiro
y las considero preciosas.

Son como un eterno calmante
que sin querer me transportan
a un sueño en el que soy amante
de esas manitas que me arropan.

Capaces son de llevarme al cielo
y transportarme a bellos lugares;
son escritoras de bellos cuentos
suavecitas y tiernas al tocarme.

Que más puedo pedir? Nada,
solo que me abraces y me goces
me hagas tuya sin ninguna calma
y con tus manitas me arropes.