domingo, 13 de noviembre de 2011

Una noche de amor



Tus manos con las mías se encontraron,
¿quién dijo que eso no podía pasar?
Tu lengua y la mía se entrelazaron,
mientras nos deleitaban las olas del mar.

Entre caricias y abrazos nos amamos
encontrando rincones desconocidos,
mientras la luna se convirtió en testigo
de una pasión capaz de transportarnos.

Y vivimos un instante tan bello como mágico,
haciendo el amor en la calma de la noche,
para despertarnos sin sentimientos trágicos
y volver a tocarnos con un amor sin reproche.

Y te amé y  me amaste como nunca antes,
me desnudaste el alma, el cuerpo y la mente,
tocaste cada rincón de mi piel con tus manos,
con tu boca y las caricias nos embriagaron.

El deseo se hizo grande, fuerte,  imponente,
y nos perdimos en un descontrol intenso,
donde no habían pensamientos envueltos
solo tu piel y la mía haciendo eco.





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