sábado, 17 de noviembre de 2007

Mi apostolado



Aveces creemos que la vida es un simple rompecabezas y nosotros sus piezas. Sin embargo, somos más que piezas en este mundo tan complejo. Somos personas capaces de transformar el paisaje que queremos construir. Somos seres con todas las destrezas y habilidades para quitar la oscuridad y hacer de ella una hermosa alborada. Ser maestra es un apostolado para mí. Disfrutar de mis estudiantes, no importa cuan difícil en ocasiones se torna, es la experiencia más hermosa que cualquier ser humano puede experimentar. Cada vez que piso una sala de clases o simplemente voy al Centro a dar clases, siento que vuelvo a nacer, que cada experiencia es una que jamás olvidaré, que cada día es uno especial y que ninguno se parecerá a ese que acaba de transcurrir. Para mí ser maestra no es un trabajo, es una bendición del cielo, es mi apostolado.

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