viernes, 7 de septiembre de 2007

Sin pensarlo dos veces

Hoy ha sido un día lleno de sentimientos encontrados. Dejando que mis pensamientos fluyan sin rumbo fijo, he llegado a sentir cansancio hasta de mis propios pensamientos. En ocasiones no puedo comprender, o más bien no quiero comprender, las razones por las cuales podemos permitir tanta barbarie en nuestro entorno, en nuestro mundo, en nuestras vidas. Como es posible que permitamos que la violencia siga afectando nuestras vidas. Como podemos permitirle que forme parte de nuestro entorno. Esta sociedad ha perdido tanto, y sigue perdiendo día a día mucho más. Los valores que nos enseñaron nuestros padres parecen no ser tan importantes. El valor por la vida ha pasado a un plano más bajo que la décima escala. El amor por nuestros semejantes no está ni siquiera en la novena escala de prioridades. La honestidad y el respeto no aparecen ni tan siquiera escritos en la lista de valores. Tristemente nuestra sociedad se está hundiendo en un poso sin fondo. Defendemos nuestros ideales, pero desconocemos cuales son. Ofendemos los ideales de otros y no sabemos ni tan siquiera la razón. Nos adentramos en el mundo de la ignorancia y luego no sabemos ni tan siquiera en que creer. Es hora de despertar. No podemos seguir permitiendo que nuestra juventud se levante sin principios ni valores, sin amor y sin ideales propios. No podemos permitir que nuestros jóvenes, que son el futuro de nuestra tierra, continúen el mismo ciclo que estamos presenciando. Vamos a luchar por sensibilizar a nuestro pueblo, por recuperar los valores que se están perdiendo y por dar más amor. Comencemos por amarnos y respetarnos a nosotros para que con nuestros ejemplos podamos seguir educando. Aprendamos a ser empáticos, no dejemos que el yo le gané al nosotros. Todos somos hijos de un mismo padre, por ende somos hermanos en una misma tierra que nos fue regalada como herederos del Dios de los cielos. Sigamos nuestro camino, pero dejando huellas positivas en los corazones de quienes están a nuestro lado, para que sean ellos los que sigan sembrando semillitas en el corazón de quienes le rodean y así alcanzar más almas a través de una cadena maravillosa. Las cadenas cuyos eslabones son sellados por el Padre de los Cielos jamás pueden romperse. Levántate, anímate, resurge, entrégate, sonríe y brilla. Recuerda que mientras más luchamos, más sabroso es el triunfo. Rescatar nuestra patria es la más hermosa lucha. Educar es la clave para un nuevo mañana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

voy y vengo con tu amor...

camino por tus tristezas...

acallando sentimientos y un clamor...

que dejan entrever tus ternezas...



amor mio....

cuando voy contigo...

el mundo es tan distinto..

se olvida ese vertigo...

y la vida es un libre canto...

a la pasion ...

y al sentimiento que nos une...

y que nada altera ni reemplaza...

por que voy y vengo y es inmune...

ese corto tiempo...que a tu lado danza

cierro los ojos y el mundo es hermoso