viernes, 30 de noviembre de 2007

KEVIN CRESPO VARGAS



El 28 de noviembre de 2007 fuiste a morar con el Señor. Venciste al cáncer porque no destruyó tu alma, aunque tu cuerpo no pudo resistir. En todo momento estuviste en contacto con Dios y nunca dejaste de confiar. No dejaste de orar ni un sólo minuto, le pediste a todos que oraran por tí. Hoy, 30 de noviembre de 2007, el pueblo de Rincón estaba de luto. Las iglesias estaban llenas de tus amigos, de tus familiares, de toda la comunidad de la Escuela Manuel González Melo y de tus vecinos. Rincón se desbordó en lágrimas y las calles parecían un mar de gente. Hasta personas que nunca te conocieron estuvieron presentes. Tu pueblo se levantó para despedirte y para alabar a Dios. Alabar a Dios como tantas veces lo hiciste tú. Tus amigos iban en caballos para demostrar su solidaridad para contigo. Tus compañeros de escuela llevaban carteles y las lágrimas les acompañaron. Sin embargo, en medio de tantas lágrimas, en medio de tanto dolor, todos cantaban tus canciones y daban gracias a Dios por el privilegio de haberte tenido entre nuestras vidas por doce años. Aunque parezca poco, en esos doce años hiciste más que muchos adultos. Lograr que tantas y tantas personas se congregarán en dos iglesias distintas y alabaran a Dios sin importa la creencia religiosa fue algo impresionante. Lograste mover montañas de amor, lograste mover un pueblo en una dirección, Dios.

Kevin: Sabemos que Nuestro Padre Celestial te ha recogido en su manto de misericordia. Dios no quería que sufrieras más, Dios quería darte una felicidad total y no a medias. Dios quería transformar tu cuerpo y que formaras parte de su grupo de ángeles. Ahora no hay más dolor, no hay más llanto, ahora estás descansando de tanto sufrimiento. Tú pediste descansar y el Señor escucha a sus hijos. Ese Padre Eterno te necesitaba en el cielo y esa fue su voluntad. Hoy el pueblo cristiano celebra que hayas vencido, aún cuando nuestro corazón está herido y nuestras mentes no terminan de comprender y de asimilar tu partida. Se supone que esta semana te hicieran el transplante de médula ósea que tanto necesitabas, pero los planes del Señor eran otros y nosotros aceptamos sus decisiones porque él no se equivoca. Ahora nos resta orar por tu abuelo, tu mamá y tu papá, porque el dolor de no tenerte es grande y aunque ellos aman y conocen a Dios, no es fácil asimilar que no estarás más entre ellos, entre nosotros. En estos ocho meses de tu enfermedad no hubo un día que pararamos de orar y nuestras oraciones continúan. Ahora nuestras oraciones son para los tuyos, ellos las necesitan. Las oraciones son para que Dios les de fortaleza y sabiduría. Las oraciones son para que sus corazones se fortalezcan y para que puedan continuar su recorrido por la vida, aún con el dolor de tu pérdida. Aunque realmente no te hemos perdido porque tú estás y estarás por siempre en nuestros corazones y cuando llegué nuestro tiempo, esperamos poder estar junto a tí y disfrutar de las bellezas que el Señor ha preparado para su pueblo.

TE AMAMOS KEVIN!!

miércoles, 28 de noviembre de 2007

En honor a Kevin

Kevin:
¿Alguna vez
te dijeron que los angelitos van al cielo?
¿Te contaron que los niños tienen alitas maravillosas
y que al cerrar tus ojitos encontrarías al Padre Eterno?

¿Alguna vez escuchaste decir que tus lindos sueños
serían una realidad en ese paraíso creado para ti
por ese Dios maravilloso que nos hace dueños
de su casa y de su mansión allá en los cielos?

Para nosotros es difícil pensar que no estarás más,
sin embargo, junto a él, tu cuerpo podrá descansar,
podrás disfrutar de un lugar perfecto para vivir
donde no sentirás dolor, ni angustia, sólo paz.

Me duele el alma de pensar que en tus doce
tuviste que sufrir tantas penas y tanto dolor.
Me duele el alma de pensar que no estarás
junto a tu madre, quien no te para de llorar.

Me duele el alma de pensar que en tus doce
muchas fueron las cosas que no pudiste disfrutar.
Me duele el alma de pensar que no estarás
junto a ese padre, que a tu lado supo esperar.

Hoy, todos lloramos tu inesperada partida,
ese adiós que no queríamos ver llegar
y que sin pensarlo nos dejó el alma herida
en medio de un inmenso mar de soledad.


Solo quiero que sepas, que a pesar del dolor
tenemos la fe y la fortaleza de saber
que eres uno de los ángeles de nuestro Creador
y que desde el cielo siempre nos has de ver.

Kevin: gracias por habernos enseñado
tantas cosas maravillosas durante este tiempo.
Junto a ti aprendimos a orar, a tener fe,
a crecer en el amor infinito de Dios.
Hoy nuestras oraciones van por tu familia
por todos aquellos que lloran tu partida.
Hoy nuestras oraciones van por tus padres
esos cuya alma está demasiado herida.
Hoy nuestras oraciones van para ti,
para que sepas que estamos orgullosos
de que formaras parte de esta gran familia.

sábado, 24 de noviembre de 2007

En tu piel


Tus ojos cual manantial cristalino
llenan de luz mis días tristes,
me sumergen en un estallido
de emociones que no son simples.
Tus manos cual seda blanca,
rozando mi piel desnuda,
me lleva como la brisa
a esa maravillosa tortura
de amarte en una sonrisa
y devolverme al cielo
en una perfecta agonía.
Te amo en mis pensamientos,
te tengo en mis adentros,
eres más que un simple recuerdo
que llega a mí sin yo quererlo.
Quédate aquí conmigo
amame sin reproches
regálame tus suspiros
para volar a tí esta noche.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Mi apostolado



Aveces creemos que la vida es un simple rompecabezas y nosotros sus piezas. Sin embargo, somos más que piezas en este mundo tan complejo. Somos personas capaces de transformar el paisaje que queremos construir. Somos seres con todas las destrezas y habilidades para quitar la oscuridad y hacer de ella una hermosa alborada. Ser maestra es un apostolado para mí. Disfrutar de mis estudiantes, no importa cuan difícil en ocasiones se torna, es la experiencia más hermosa que cualquier ser humano puede experimentar. Cada vez que piso una sala de clases o simplemente voy al Centro a dar clases, siento que vuelvo a nacer, que cada experiencia es una que jamás olvidaré, que cada día es uno especial y que ninguno se parecerá a ese que acaba de transcurrir. Para mí ser maestra no es un trabajo, es una bendición del cielo, es mi apostolado.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Cuanto quisiera


Solamente una mirada
es capaz de desnudar el alma,
y con una simple sonrisa
llenar una vida de esperanza.
Solamente una palabra
puede mutiliar las ilusiones,
pero a su vez llenar de nostalgia
y de amor, los solitarios corazones.
Toda la vida nos pasamos enjuiciando
a cada ser humano que nos rodea,
y no miramos, pero ensuciamos
el agua dejando crecer la marea.
Si tan sólo dejaramos de ser
piedras de tropiezo sin alma
para poder empezar a creer
en ese Dios que todo calma
de seguro el mundo nos traería
una hermosa y perfecta mañana
en las que las sonrisas habitarían
y el amor sería nuestra calma.
Cuanto quisiera lograr la proeza
de convertirme en esa mujer
que encuentra en el alma la nobleza,
regala sonrisas y vuelve a nacer
para transformar la tristeza
y en el amor por siempre creer.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Si llovieran lágrimas


Si llovieran lágrimas del cielo,
por cada injusticia que nos cobija,
de seguro nos ahogaríamos
en un mar de de melancolía.
Si llovieran abrazos
en vez de tanta ironía,
de seguro en un vuelo
llegaríamos a la cima.
Si llovieran palabas de amor
en vez de gritos e insultos,
de seguro encontraríamos valor
para cambiar este mundo.
Si llovieran las oraciones
a nuestro maravilloso Creador,
de seguro nuestras canciones
serían voces cargadas de ilusión.


viernes, 9 de noviembre de 2007

Gracias

Señor, me das tantas cosas hermosas,
que no se como agradecer tu misericordia.
En medio de las tinieblas alumbras mis caminos,
me entregas palabras que sin gritos escucho,
me devuelves a mi hijo una y otra vez
aunque yo no sea merecedora de tu bondad.
Eres mi refugio y mi fortaleza en todo momento,
mis oraciones las escuchas y las respondes;
cuando no entiendo tu respuesta tu calma me embarga
y en el momento menos esperado llega sin esperarla.
Tu verdad me hace fuerte en medio del dolor
y tus cuidados me devuelven la vida y el amor.
Gracias mi Dios por tu infinita misericordia,
por tu maravilloso y eterno amor.
Gracias por no juzgarme y darme la alegría
de mi hijo en tus manos entregarte.
Cuidalo de toda tristeza y maldad
y no permitas que lo arrope la adversidad.
Permítele crecer junto a quienes le amamos,
dale salud y quita de su alma el llanto.
Regálale la dicha de levantarse cada día
y contemplar tu rostro en cada amanecer.
Llénalo de tu presencia y a tu lado
permítele por siempre crecer.

Te lo entrego mientras duerme
es tuyo mi Jesús...

dale vida para conocerte,
fortaleza para buscarte
amor para encontrarte,
valor para seguirte
y salud para servirte.
dale tiempo para levantarse
y en tus manos encomendarse.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Mi Puerto Rico

Puerto Rico, patria mía, llegó el momento de conmemorar tu raza. La diversidad de colores que habita en nuestra sangre nos hace únicos. ¿Mestizos? Claro que somos mestizos. Somos la más bella fusión sobre la tierra. Una mezcla perfecta de tres razas. Indios, españoles y africanos en un solo cuerpo. Veamos lo que estas culturas dejaron como legado al puertorriqueño.

Indio noble, hidalgo, valiente, nutriste nuestro vocabulario con tus palabras. Hiciste crecer la lengua del invasor. Nos dejaste tu hamaca para descansar. También nos dejaste tus bateyes para jugar. Tus bellas cerámicas nos hicieron conocedores del arte de la alfarería. Tu yuca sigue sirviéndose en nuestras mesas. Si vieras que hermosas piezas hacen nuestros artesanos, te sentirías orgulloso de tu gran legado. Hasta tenemos el pilón que utilizabas para moler tus hierbas. Todavía tenemos el ají, planta fabulosa para darle sazón a nuestra comida y ese toque que tanto nos gusta. Seguimos siendo agricultores, todavía hay puertorriqueños que guardan el principio de sembrar para consumir alimentos de la mejor calidad, el nuestro. Nuestros pescadores siguen saliendo a los mares a encontrar pescado fresco para colocar en nuestra mesa, si vieras que lindos se ven en el mar y en los ríos, tal y como tú lo hacías en tus canoas. Todavía los huracanes que te visitaban siguen visitándonos, aunque cabe destacar que somos un pueblo bendecido. Te imaginas que mucho nos dejaste. Sigues estando en nuestras vidas y hasta nuestros municipios llevan los nombres que le pusiste, Arecibo, Orocovis, Añasco, Aguada, entre otros. Nuestra personalidad hospitalaria es parte de tu legado y lo que nos hace distinguirnos ante el mundo entero. Taíno, estamos orgullosos de llevar tu sangre en nuestras venas y que tus costumbres y tradiciones formen parte de las nuestras.

Español, hostilidad y arrogancia te caracterizaron. Llegaste con tus armas a descubrir un territorio que ya estaba descubierto. Minimizaste la cultura que encontraste, sin embargo, fuiste tú parte de la fabulosa mezcla de sangre que hizo al puertorriqueño. Tu principal legado fue la palabra. Nos dejaste tu lengua, mecanismo que ahora nos permite comunicarnos con muchas naciones y la cual el indio hizo crecer al fundirse con la suya. Nuestras costumbres y tradiciones también provienen de tu llegada. España, trajiste contido el cristianismo y ahora forma parte de nuestra cultura. Nuestras oraciones llegan a nuestro Padre Celestial. Es así como mediante tu legado, llegan las tradicionales fiestas patronales que forman parte de esas costumbres religiosas adquiridas de ti. Las Fiestas de la Cruz también es una de las muchas tradiciones que nos obsequiaste sin proponértelo. Los vejigantes; todavía tenemos esas hermosas máscaras en nuestro pueblo. Los vejigantes surgieron de las fiestas de Santiago Apóstol en Loíza, sin embargo, cabe destacar que en la celebración actual tenemos tus costumbres españolas y las costumbres del africano mezcladas en nuestra celebración en el Carnaval de Ponce, aunque el origen tenemos que atribuírtelo. Todavía seguimos apreciando el legado de tus bailes, la danza. Tus movimientos permanecen entre nuestras costumbres. Ese ritmo suave y delicado que trajiste contigo demostrando tus riquezas y tu poderío. Estamos agradecidos a la vida de tener tu sangre en nuestras venas y que formes parte de la cultura puertorriqueña.

Africano, pueblo esclavo que viniste a reemplazar al indio en los trabajos fuertes del invasor. Pueblo oprimido que viniste a sufrir en patria ajena. Hoy, aunque lamentamos tu sufrimiento, agradecemos al cielo el poder tenerte en nuestras venas. Tu sangre llena de fuerza y de lucha nos hace importantes. ¡Qué mucho nos dejaste! Tu rico sabor en los bailes, tus instrumentos musicales. Esa bomba que nos hace gozar cuando el ritmo suena. Esos movimientos de las caderas y esas energías que nos regalaste cada vez que bailamos a tu ritmo, a tu nombre. Ese tambor, ese bongó y esa conga que nos permite con nuestras manos crear sonidos impecables. La talla de santos sigue siendo parte de nuestras costumbres. Todavía nuestros artesanos tienen como piezas principales la talla de santos. Tantos azotes que recibiste por que pensaban que tu raza era de herejes. Si vieran que bellas piezas de artesanía son hoy, se darían cuenta de la infamia que hicieron contra ti. Tú aportaste en las costumbres españolas, dándole un toque diferente y permitiendo que nosotros pudiéramos disfrutar de nuestras propias costumbres. Hoy nuestro Carnaval de Vejigantes en Ponce tiene gran parte de tu legado. El ritmo de tus instrumentos acompaña a los vejigantes y son los que dirigen la comparsa. Tu sangre nutre nuestras venas y sentimos orgullo de que formes parte de la cultura puertorriqueña.

Somos una raza especial, bendecida por una perfecta fusión, somos una nación cuya identidad es necesaria ser recordada. No podemos olvidar nuestras raíces, no podemos olvidar de donde venimos y quienes somos. No podemos olvidar nuestra historia, sólo así podremos sentirnos orgullosos de ser puertorriqueños.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Gracias


En nuestras vidas hay pesonas que han dejado huellas, que nos han transformado de un modo u otro. Son esas personas las que con sus detalles nos hacen sonreír aún cuando son nuestros peores días. Amigos que por encima del tiempo y del espacio permanecen allí para cuidarnos y querernos. Esos que no tienes que llamar, porque están presentes cuando más los necesitas. Sus palabras te permiten regresar al camino nuevamente. Ese camino que aveces parece interminable y con tantas piedras de tropiezo que no consigues como sacarlas.

Lo triste es que no sacamos el tiempo necesario para agradecerle a esas personas tanto cariño, amor y paciencia; tantos consejos, abrazos y sonrisas; tanta alegría, bondad y sinceridad. Por eso, yo quiero separar este lugar para todos esos amigos especiales que me acompañan en todo trayecto.

Gracias por preocuparse por mi y por mis niños. Gracias por todas las bondades que me regalan. Gracias por estar a mi lado cuando más los necesito y sobre todo gracias por acompañarme en este arduo transitar.