El pirata que conduce la nave
guiado por la luz de la luna
ha encontrado que el sol espera
para regalarle una aventura.
Sale cuando la luna perezosa
decide descansar unas horas
y aunque silenciosa
le entrega el mando gloriosa.
No pierde su espiritu aventurero
solo descansa y espera el encuentro
aunque momentáneo es sincero
y sonríe para darle paso a un beso.
Beso transitorio que fortalece
el trabajo de ese sol resplandeciente
y aunque las nubes quieren ocultarle
siempre sale fuerte e independiente.
Solo comparte su luz con la luna
y sin querer viven ese eterno romance
que comparten para siempre como fortuna
de un amor que vive un mágico trance.
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