El tiempo se ha detenido
en este momento en el que escribo,
para dar paso a los recuerdos
y sacar de mi interior este delirio.
No corren los segundos,
los minutos están inquietos,
porque todo parece oscuro
y es que vuelven los recuerdos.
Recuerdo tus palabras, tu sonrisa,
ese carisma tan especial que poseías.
Recuerdo tu mirada, tu cuerpo
cada detalle del fenix que te caracteriza.
Hoy rescato cada segundo vivido,
las verdades, las tristezas, el misterio
que sin querer arropó nuestra alegría
para dar paso a un mar de melancolía.
Hoy descarto todo lo malo, lo oculto,
lo que sin querer cambio nuestro rumbo.
Quiero una nueva y maravillosa historia
donde fijemos paisajes en nuestra memoria.
Hoy no pienso en un mañana incierto,
solo vivo para grabarme este recuerdo
y guardar ese te quiero que hoy dijiste
para grabarlo por siempre en mis adentros.
Los segundos vuelven a correr desesperados
para volver el tiempo a su justo momento
mientras este sentimiento queda atrapado
en el baúl de los más bellos recuerdos.
Nadie podrá de allí nunca sacarlos,
ni el tiempo, ni la distancia, ni el espacio,
tampoco nosotros podremos desecharlos
porque viven autónomos y sin cansancio.
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